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GOTAS DE AJENJO

El ajenjo es una planta amarga y aterciopelada oriunda de Europa. Parece morir en invierno, pero siempre renace con la llegada de la primavera. A finales del siglo XIX se le conocía como “el hada verde”. Fue la musa inspiradora de innumerables poetas, pues se le atribuían propiedades embriagantes y alucinógenas.

Julio Flórez, el Poeta Nacional de Colombia (título que recibió poco antes de su muerte), el hijo más ilustre del departamento de Boyacá, por esa misma época escribió un libro y varios poemas que llevaron todos como título el nombre de esa bebida espirituosa que fascinaba a los bardos de la época: Gotas de Ajenjo. La mayoría de estos poemas, escritos en el estilo inconfundible del Maestro, han sido publicados en numerosas antologías.

Sin embargo, amigos míos, hoy les tengo una gran sorpresa. Verdaderamente se trata de una primicia de antología: unas Gotas de Ajenjo que hasta hace muy poco permanecieron inéditas desde su creación. ¿Cómo llegaron a mis manos? Les contaré: poco después de la muerte del poeta, ocurrida en 1923 en Usiacurí, departamento del Atlántico, mi padre gran admirador del escritor, viajó hasta ese lugar, donde conoció a su viuda y a sus hijos. De manos de ella recibió el manuscrito (o una copia de él) de las últimas Gotas de Ajenjo que salieron de las manos del poeta.

Innumerables veces oí el poema de labios de papá, amante, como yo, del literato que representa de manera única la esencia de la colombianidad. Durante años y años he guardado el poema en mi memoria, sin ponerlo jamás por escrito; pero creo que llegó el momento de darlo a conocer, y compartirlo con el resto del mundo, y con todos los amantes de la poesía castellana. Aquí lo tienen:

En esa hora gris, en esa hora
muda y sombría en que el dolor embriaga,
en que parece el astro de la aurora
un ascua inmensa que en la mar se apaga,

yo levanté la tapa de tu fosa:
la dura piedra que la vista ataja,
y desleída, horrenda y asquerosa
te vi en el fondo de la negra caja.

¡Los hambrientos gusanos cómo hervían
en esas formas que adoré por bellas!
De tus ojos, las cuencas parecían,
ya sin pupilas, noches sin estrellas.

Mustia la sien, lánguido el cuello,
regazo de mi boca ardiente;
húmedo el cráneo y los cabellos;
deforme el seno, y sin candor la frente.

Tu cuerpo, que era un vaso de perfume,
con su olor nauseabundo me asfixiaba.
¿Qué aroma mundanal no se consume?
¿Qué carne no se pudre y no se daña?

Así te vi. Entonces, un reguero
de llanto desprendiose de mis ojos
en tanto que el cruel sepulturero
me ocultaba tus lívidos despojos.

¿Qué pasa? ¿Por qué frunces el ceño?
¿No te ha gustado mi doliente historia?
Pues oye: todo ha sido sólo un sueño
que he querido grabar en tu memoria

para hacerte saber que la hermosura
y la gracia que en ti el amante advierte
van a ser en la hueca sepultura
regocijo insaciable de la muerte.

Y que tan sólo la virtud bendita
tiene aún su esplendorosa lumbre.
¡Astro que en el espíritu gravita,
flor nacida en la misma podredumbre!

MINUCIAS

La Gruta Simbólica fue un círculo o tertulia literaria que surgió en Bogotá a comienzos del siglo XX. Su existencia permitió concentrar a un buen número de escritores que habían nacido aproximadamente 30 años antes y que tuvieron una motivación humanística y poética para sus encuentros.

SABIDURÍA DE SANCHO PANZA

Donde reina la envidia, no puede vivir la virtud.

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